14 de febrero de 2006

El oficio y el peligro de escribir

Se escribe con el bisturí. Con la pluma bien afilada, como un bisturí.
Escribir es una disección, con una dirección, que es el estilo.
Cuando es de cadáveres, se llama Historia.
Cuando es de vivos y coleando, periodismo.
El problema es que los vivos se mueven mientras los abres y hay que diseccionar también las circunstancias que componen ese movimiento. Entonces es más difícil acertar al cortar el hígado sin llevarse por delante una oreja.
Luego, escribir es una cirugía a corazón abierto, pero sin clasificaciones definitivas del género cortado, porque lo impiden esos cambios de las circunstancias que rodean y también definen al organismo analizado. De otro modo, podríamos caer en el error de creer de que un hígado sirve para escuchar una sinfonía y no para rebelarse contra la futura ley del alcohol.
Pero no se escribe con el hígado.