7 de febrero de 2006

Opinión e información: El cristalero y la viuda (Epílogo)

1. Un hecho sin comentar que al exponerlo es toda una narración: El cristalero se llama Kándido. Con K, de Kafka. (El ahogo que produce ese nombre asociado a ese personaje)
2. Una imagen que transmite una situación de normalidad absoluta: la viuda pasa ante la tienda del cristalero, seguida de su guardaespaldas, cada día. Se dirige al portal (y no es un Rey Mago) de su casa.
3. La historia se convierte en institucional: llega a editorial de El País.
4. Pero se impone la auténtica verdad de esta historia, la síntesis más exacta e implacable de esta situación: Kándido dijo estar seguro de que los vecinos de Azkoitia lo respaldan a él y no a ella (Azkoitia, ahora también con K, 10.000 habitantes)