1 de mayo de 2006

Sociología para súbditos

(Martial Raysse, 1961, mov.: Nuevo realismo)


Escribe Arcadi Espada hoy, en su blog: "A través de una encuesta a unos cientos de personas se dice que un partido ganará o perderá unas elecciones. Un pronóstico que se verificará. A través de una encuesta a unos cientos de personas se dice que trescientas mil mujeres sufren acoso en España. Una certeza"

La encuesta sustituye al voto igual que el proceso suple al derecho.

Las encuestas, debidamente sesgadas en la formulación de sus preguntas y selección de la muestra, son el nuevo instrumento para la legitimación –falazmente científica- de los estados de opinión que crean. Pero este mecanismo es rápido hasta el punto de invertirse: primero se lanza el bulo (psicosis de acoso sexual, de discriminación laboral contra la mujer, de marginación de minorías étnicas, de accidentes de tráfico excesivos, de salud pública necesitada de tutela individual) y luego se pregunta para confirmar. El objeto de la encuesta no es nunca detectar o diagnosticar, ya ni siquiera vestir el santo, sino canonizar decisiones políticas que necesitan de un respaldo social suavemente minoritario para que sus actores permanezcan en el poder sin oposición viable.

En la última encuesta del CIS el terrorismo pasaba al tercer lugar de 'preocupación entre los españoles', bendiciendo la tregua declarada por el gobierno. Que, como toda tregua, es tierra de nadie, es decir, una suspensión legislativa y judicial. Pero no política. En la incomprensión parcial de este fenómeno radica el error del PP.