28 de mayo de 2006

Montenegro no es más libre.

(El Lissitsky)


En su artículo sobre
‘Cataluña libre’ (El País, 27 de mayo de 2006), J.M. Colomer consigue demostrar lo contrario de lo que pretende (o las ‘mentiras condensadas’):

1. Afirmación: “La proliferación de países independientes en Europa y en el mundo es un éxito de las nuevas oportunidades de gobierno democrático” Refutación: Los nuevos países independientes en Europa no surgen de un proceso democrático sino de la desintegración de la Unión Soviética, de Yugoslavia o por colusión de intereses estratégicos y económicos de los grandes Estados de la UE y con la tutela de ésta: Macedonia, Montenegro ahora, Kosovo pronto. Chequia y Eslovaquia son el único caso mixto de separación por consenso de sus gobernantes, más que de sus poblaciones, e interés geoestratégico tanto de la UE –en particular, Alemania- como de Hungría y sus vecinos eslavos, y de Rusia. Es, por tanto, una proliferación de estados independientes que nada tiene que ver con la democracia. Letonia, Bielorrusia, Moldavia son estados con menor libertad –y menos expectativas de conseguirla- para sus ciudadanos que en la última época de Gorbachov.

2. Afirmación: “En los grandes Estados, si son democráticos, en el mejor de los casos gobierna una mayoría” Refutación: Si no gobierna una mayoría, aunque sea minoritaria, no es democrático el Estado en cuestión. Aquí se le nota la prisa en formular la premisa para llegar a la conclusión siguiente:

(EL Lissitsky, 'Worker and peasant', Photocollage. 1931)

3. Afirmación “Pero con la creación de las nuevas unidades políticas, las minorías estatales pueden convertirse en mayorías locales, de modo que aumenta el número total de individuos cuyas preferencias coinciden con las de su gobierno” Refutación: la ciudadanía política se cumple más cuando el gobierno coincide (representa) con las preferencias de los individuos que a la inversa. La diversidad se reduce cuanto mayor sea la comunión de la ciudadanía con los gobiernos, siempre que esa comunión derive de que la oferta política del gobierno aspirante a la independencia genera la demanda de unidad cultural y social de la mayoría de los ciudadanos. Es el caso catalán.

La tesis de Colomer demuestra que la creación de esas nuevas unidades políticas es inducida por los gobiernos locales en función de sus intereses y con ambición de formar estados menores para librarse del control estatal. El actual monolitismo político y cultural de Cataluña demuestra esa inducción, ya que la sociedad –los ciudadanos- es diversa por naturaleza. Los Estados mafia de Montenegro, Macedonia, Bielorrusia y Moldavia demuestran el verdadero origen e interés de las élites promotoras de la independencia. La supresión de derechos ciudadanos a la población de origen ruso en Letonia (45%) es una prueba más de limitación de la participación democrática de los ciudadanos, y no de aumento.

(Code and image from "Two Squares" computer 'animation' influenced by El Lissitsky, 1987)

4. Afirmación: “Las nuevas oportunidades de autogobierno democrático de las comunidades pequeñas se derivan sobre todo de los grandes mercados y los bienes públicos de gran escala provistos por los amplios acuerdos comerciales y militares internacionales y las unidades de tamaño imperial como la Unión Europea, las cuales convierten a los estados tradicionales en menos necesarios y más engorrosos.” Refutación: en economía el tamaño sí importa; sin masa crítica suficiente las comunidades pequeñas no son atractivas ni viables para las inversiones decididas por “los grandes mercados”.

Especialmente para los bienes públicos de gran escala, que son provistos a los grandes Estados quedando los idílicos pequeños como estaciones de paso. Energía y mercados financieros lo demuestran. Sucede a escala micro (pymes-grandes empresas) y entre países. La capacidad de atraer inversión exterior por parte de una comunidad pequeña es mayor si pertenece a un Estado grande debido al multiplicador de infraestructuras, mercado y seguridad jurídica que proporciona el Estado-nación clásico, lo cual es mucho menos engorroso para los grandes agentes económicos internacionales. El tamaño y la incertidumbre legal, cuando no la inestabilidad política, de los nuevos países pequeños aleja al dinero.

Del mismo modo que la gigantesca falta de ortografía que comete Colomer al escribir Cataluña como Montenegro aleja la verdad del lector.

4 Comentarios:

Anonymous Anónimo escribió...

Los referendums siempre son peligrosos, engañosos, equívocos y manipulados.
Y no valen para todo: no se pregunta sobre la pena de muerte o sobre la declaración a la hacienda pública porque la 'masa' está por la guillotine y el gratis total.
En el caso de los derechos a decidir la cuestión todavía es más perversa: si no la gana la independencia se vuelve a consultar la semana que viene o la otra, y en paz.
En cambio, si gana, amigos para siempre.
Finalmente queda la otra cuestión: si los pueblos tienen ese derecho, sin más, hemos cantado bingo y vamos a por línea: la lista de espera de la ilusión de mi vida: Arán-Tarragona-Castellón-Alicante-Almería-Menorca-Ibiza-Tenerife-León-Alava-Teruel-Albacete.
Ah, se me olvidaba: el cantón de Cartagena.

9:28 a. m.  
Anonymous Anónimo escribió...

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4:39 p. m.  
Anonymous Anónimo escribió...

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1:17 p. m.  
Anonymous Anónimo escribió...

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10:09 a. m.  

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