1 de junio de 2006

La taberna global

(La tertulia del café Pombo (1920)(+). José Gutiérrez Solana, 1886-1945)


(Colaboración de
El Quício de la Mancebía sobre el artículo de Rosa Pereda, 'La taberna global', publicado en El País, 27 de mayo 2006)

¿Desde cuándo que una taberna sea tradicional o global modifica la naturaleza de una tertulia?

La conversación es privada en ambos casos, pero no secreta. Por tanto, además de los participantes activos, hay gente que se sienta alrededor a escuchar, con el permiso -tácito o expreso- de los contertulios; gente que, más alejada, escucha queriendo (pone la oreja) y otra que las coge al vuelo.

Otra cosa es que lo dicho por cada cual quede escrito permanentemente y publicado. Es indudable que, entonces, se accede a lo público con las mismas potenciales consecuencias que el artículo de esta señora. Lo delictivo, qué duda cabe, será perseguido cada vez con más eficacia por el Estado de Derecho.

Por eso yo creo que, en el futuro próximo, habra dos tipos de foros: los anónimos, al estilo tabernario tradicional, con manifestaciones que se las llevará el viento; y los permanentes -del tipo café literario- con sello de existencia virtual y declaraciones con voluntad de publicidad.

De ambos los habrá a cientos de miles, en la inmensa taberna global, y de seguro que nos encontraremos de todo: delincuentes adaptados a la nueva herramienta y personas bien dispuestas a ocupar su tiempo en perseguir a quien les produzca un daño desde la presunta impunidad.

Pero ya sabemos todo lo que le cuesta en esta sociedad a un personaje, público o privado, escapar de o perseguir a quienes, en uso de su libertad de expresión y por el interés general, pueden llegar a pedirle que les dejen tevisar su agonía. O sea. Sin necesidad de apelar al chat-basura.