De inmigrantes a ciudadanos: el eslabón perdido.
En Cataluña se ha celebrado una exposición fotográfica, "De inmigrantes a ciudadanos", notable y muy documentada, que no ha tenido el merecido eco entre el pueblo catalán, verdadero destinatario de la obra.
Dentro de la operación de recuperación de la memoria histórica, un eterno y cansino cuéntame cómo pasó, ha sido organizada por varios artilugios locales, entre ellos el Centro de Estudios sobre las Épocas Franquista y Democrática, de la Universidad Autónoma de Barcelona. Un Centro del yin y el yan, del bien y el mal, que tiene por escaparate su propio gabinete de raros y curiosos: un seminario permanente con conferencias tan pedagógicas y tranquilizadoras como "Un replantejament de la repressió franquista a Catalunya", "Models de gènere i propaganda franquista" ó "El presidi polític femení en la dictadura franquista" (su traducción al castellano les haría perder gracia y sentido)
Ese presidi polític no es necrofilía, como pudiera parecer, sino certero pronóstico. Ahí demuestra el Centro su acierto como notario de la actualidad.Este Centro basa su éxito no en la taxidermia de la dictadura sino en su invocación esotérica y continua, no vayamos a olvidar que el centro está vacío, poblado de fantasmas. El franquismo repetido mil veces en la pizarra es contundente y su k sonora dicha con soberbia y desprecio no admite impugnación alguna, a la vez que garantiza bulas a sus rentistas en sus diagnósticos del presente. Quien lo pronuncia como mantra y con él replantea la historia, tiene el triunfo asegurado. ¿Quién puede objetar a los gestores del frankismo sin ser tachado de sospechoso? Repito que el tal seminario es permanente, como la intención de hurgar en nuestra memoria hasta convertirla en una película muda.
¿El enfoque de la exposición? Antropológico, no histórico ni artístico. Directamente, que hablamos de inmigrantes, oiga. Nos muestra al inmigrante como un homo antecessor que explora paraísos y al que la democracia y el Estado de las Autonomías convierten en ciudadano en un salto evolutivo compuesto por la muerte del dictador (por agotamiento biológico) y los Pactos de la Moncloa.
Ahí desfila el inmigrante con su condición nómada, su tez cetrina y cejijunta, su figura encorvada, sus cachivaches prehistóricos (maleta de cartón, boina –andaluza, tan distinta a la vasca-, rosario), falto de posibles y dignidad, expulsado por el franquismo y en busca de tierras con paisaje de acogida. Inapelable y definitivo el retrato sepia que se asocia inmediatamente a una fase anterior en la evolución de los homínidos.
Cambia de repente la especie y aparece el ciudadano en escena, ya erguido, repulido y presentable, asentado en ciudades y disfrutando de una autonomía que le sale por los poros. ¡No es la democracia, es la autonomía, paletos!Hasta aquí el sutil y científico darwinismo que aporta rigor al evento. La transición de nómada a sedentario y la inversa de las gachas a la carne: otra innovadora teoría evolutiva que es una mina para los antropólogos.
Pero también hay creacionismo en tan plural muestra: la autonomía inaugura la especie y la democracia cose las costuras de la evolución al enlazar nuestra época con su natural anterior: la República. El Centre es buen sastre.Se completa con la imprescindible visión multicultural –andaluces y castellanos- y multiétnica –franquista y catalán. Una útil herramienta multiuso.Destacan otras curiosidades en esta pedagogía: un ámbito 4 que define "el antifranquismo como espacio de integración" (por eso es necesario que siga vigente) y un epílogo llamado "una historia que continua…", con esa voluntad de destino en lo eterno y esos puntos suspensivos amenazantes.
Sin embargo, se pregunta uno por el eslabón perdido en tan prodigiosa transformación y aparece entonces espléndido el súbdito como exposición pendiente. Pregunté a los archiveros si estaba previsto desempolvar fotos y documentos para montar la gran exposición "De ciudadanos a súbditos", del periodo ultralítico sucesivo (1980, aprox.-hasta nuestros días), pero no. Se ve que estas cosas necesitan perspectiva histórica.
Quizás haya que montar una urgente y aún clandestina, "De súbditos a ciudadanos". Para que no sea el ciudadano el eslabón perdido.
Dentro de la operación de recuperación de la memoria histórica, un eterno y cansino cuéntame cómo pasó, ha sido organizada por varios artilugios locales, entre ellos el Centro de Estudios sobre las Épocas Franquista y Democrática, de la Universidad Autónoma de Barcelona. Un Centro del yin y el yan, del bien y el mal, que tiene por escaparate su propio gabinete de raros y curiosos: un seminario permanente con conferencias tan pedagógicas y tranquilizadoras como "Un replantejament de la repressió franquista a Catalunya", "Models de gènere i propaganda franquista" ó "El presidi polític femení en la dictadura franquista" (su traducción al castellano les haría perder gracia y sentido)
Ese presidi polític no es necrofilía, como pudiera parecer, sino certero pronóstico. Ahí demuestra el Centro su acierto como notario de la actualidad.Este Centro basa su éxito no en la taxidermia de la dictadura sino en su invocación esotérica y continua, no vayamos a olvidar que el centro está vacío, poblado de fantasmas. El franquismo repetido mil veces en la pizarra es contundente y su k sonora dicha con soberbia y desprecio no admite impugnación alguna, a la vez que garantiza bulas a sus rentistas en sus diagnósticos del presente. Quien lo pronuncia como mantra y con él replantea la historia, tiene el triunfo asegurado. ¿Quién puede objetar a los gestores del frankismo sin ser tachado de sospechoso? Repito que el tal seminario es permanente, como la intención de hurgar en nuestra memoria hasta convertirla en una película muda.
¿El enfoque de la exposición? Antropológico, no histórico ni artístico. Directamente, que hablamos de inmigrantes, oiga. Nos muestra al inmigrante como un homo antecessor que explora paraísos y al que la democracia y el Estado de las Autonomías convierten en ciudadano en un salto evolutivo compuesto por la muerte del dictador (por agotamiento biológico) y los Pactos de la Moncloa.
Ahí desfila el inmigrante con su condición nómada, su tez cetrina y cejijunta, su figura encorvada, sus cachivaches prehistóricos (maleta de cartón, boina –andaluza, tan distinta a la vasca-, rosario), falto de posibles y dignidad, expulsado por el franquismo y en busca de tierras con paisaje de acogida. Inapelable y definitivo el retrato sepia que se asocia inmediatamente a una fase anterior en la evolución de los homínidos.
Cambia de repente la especie y aparece el ciudadano en escena, ya erguido, repulido y presentable, asentado en ciudades y disfrutando de una autonomía que le sale por los poros. ¡No es la democracia, es la autonomía, paletos!Hasta aquí el sutil y científico darwinismo que aporta rigor al evento. La transición de nómada a sedentario y la inversa de las gachas a la carne: otra innovadora teoría evolutiva que es una mina para los antropólogos.
Pero también hay creacionismo en tan plural muestra: la autonomía inaugura la especie y la democracia cose las costuras de la evolución al enlazar nuestra época con su natural anterior: la República. El Centre es buen sastre.Se completa con la imprescindible visión multicultural –andaluces y castellanos- y multiétnica –franquista y catalán. Una útil herramienta multiuso.Destacan otras curiosidades en esta pedagogía: un ámbito 4 que define "el antifranquismo como espacio de integración" (por eso es necesario que siga vigente) y un epílogo llamado "una historia que continua…", con esa voluntad de destino en lo eterno y esos puntos suspensivos amenazantes.
Sin embargo, se pregunta uno por el eslabón perdido en tan prodigiosa transformación y aparece entonces espléndido el súbdito como exposición pendiente. Pregunté a los archiveros si estaba previsto desempolvar fotos y documentos para montar la gran exposición "De ciudadanos a súbditos", del periodo ultralítico sucesivo (1980, aprox.-hasta nuestros días), pero no. Se ve que estas cosas necesitan perspectiva histórica.
Quizás haya que montar una urgente y aún clandestina, "De súbditos a ciudadanos". Para que no sea el ciudadano el eslabón perdido.
3 Comentarios:
Estos de la GenCat, siempre tan espabilados en la recuperación de la M.H. (Memoria Histórica). Pero esta vez han dado en el clavo: vamos, como si tuvieran la bola de cristal.
¡En efecto!De emigrantes a Ciudadanos: a Ciudadanos de Cataluña, claro
(Ya verán, ya verán...)
San Apapucio le oiga, don Prota, que era patrono de las manchas según mi abuelo, gran comedor y mejor persona (suele ir unido)
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