13 de septiembre de 2006

Autoridad y logos en la escuela.

(Christine Hill - Know What You Want / Do What You Like)

Las recientes declaraciones de Nicolas Sarkozy -ministro francés de Interior y postulante a las próximas elecciones presidenciales de la República- proponiendo legislar que los alumnos se levanten en clase a la entrada del maestro como gesto de respeto, alimentan el viejo debate sobre la autoridad en la escuela (pública) La propuesta, a fuer de su realidad, es simbólica y provocadora de una situación en la que la ‘interactividad’ (antes dialéctica) alumno-profesor se da por supuesta al modelo educativo deseable para una democracia. El aviso de Sarkozy es oportuno para provocar una reflexión no sólo sobre la utilidad y eficacia del actual modelo educativo, sino también para plantearse los motivos y vigencia del ostracismo de los valores que fundaron la escuela, tanto la tradicional como la renovadora –Institución Libre de Enseñanza en España- durante casi todo el siglo XX. Y, muy especialmente, de los intereses –políticos, de poder económico y cultural- que subyacen al igualitarismo que basa el actual modelo.

Las reacciones que ha suscitado la propuesta por parte de las corrientes dominantes en la escuela pública han sido las previsibles y consoladoras para las conciencias modernas, pero el debate no está en el ruido sino en la contraposición entre modelos educativos. Por un lado, se habla de un ideal ‘espacio consagrado al logos’, frente al clásico y descalificante modelo ‘autoritario’. Aceptando el envite de tan reductora denominación, la vindicación del modelo vigente se suele centrar en pedir mayores recursos económicos, manteniendo sus características en lo sustancial. Así, ese modelo -espacio consagrado al logos- se aproximaría a un templo bien equipado, una iglesia-tienda, un espacio que consagra la conversión del alumno-feligrés en cliente, del que ya se sabe que siempre tiene razón, no la suya porque la está formando sino la nuestra, la de todos. Una razón obligatoria que todos debemos compartir frente a la razón personal –aprender a pensar- que el modelo autoritario permitía adquirir al alumno al cabo de años de devoto -y rebelde- aprendizaje.

En el viejo modelo el maestro tenía la autoridad conferida por su conocimiento y experiencia, ya que de ambas carecía el alumno. Y las transmitía para que el niño fuese llegando al uso de razón, a la suya propia, mediante el respeto y la rebeldía por y frente a la autoridad. Respeto y rebeldía que ahora se le niegan como cliente. ¿Cómo va a rebelarse un cliente si tiene todos los derechos conferidos? Ahora se pide que el maestro sustituya la autoridad (y su derivado, la rebeldía) por un libro de reclamaciones, en el que el alumno compra derecho de estancia y conocimientos y exige modales y ticket (título) al maestro-dependiente. Si los artículos tradicionales -estudio, esfuerzo, conocimientos- no le convencen los devuelve a la escuela y se limita a comprar cómoda e impune estancia. Los proveedores de ideología ya se encargarán de que el alojamiento sea en confortable aula y no en barracón para que el alumno de hoy sea su cómplice y sumiso discípulo mañana.

(Heimo Zobernig - Untitled (HZ 2005-14), Galería Juana de Aizpuru) ¿Todo empezó con las matemáticas de conjuntos?

Otra ventaja del modelo de autoridad es que el maestro tenía obligaciones propias de su oficio, la de enseñar, no la actual guardia y custodia que se le atribuye como casero. Esa responsabilidad sólo le podía ser exigida por sus iguales, padres y autoridades del gremio, no por sus discípulos, ante los que hoy queda desnudo e inútil en su misión. No hace falta remitirse a la escuela religiosa para encontrar rastros de esta ‘autorictas’ y su derivada ‘potestas’: la misma Institución Libre de Enseñanza representó un modelo educativo que practicaba:
a) el respeto hacia el maestro como vehículo necesario de la eficacia de su magisterio, de su autoridad, simbolizado o no en levantarse los alumnos ante su entrada en clase,
b) el elitismo, como resultado de su opción por la excelencia, por la enseñanza de calidad.

La excelencia, el derecho a la diferencia que tiene todo ser humano partiendo de un nivel básico e igual de oportunidades, esa aspiración que cierta izquierda defiende para minorías étnicas y para opciones sexuales pero niega a los alumnos... de la escuela pública.

En África –y en más de ¾ partes del mundo- se entra en cualquier escuela-barracón y los alumnos se levantan y saludan a la visita como todos los días al maestro. Últimas noticias llegadas de alguna escuela que sigue el modelo de la Institución Libre de Enseñanza confirman la vigencia de esa costumbre en esta época tan poco propicia a distinguir aptitudes y actitudes. Esa reverencia es no sólo devoción por el misterio del conocimiento y la magia de la transmisión (autoridad) del maestro, sino también utilidad en el aprendizaje ya que no tienen que perder el tiempo en demostrar que son iguales. No pesa sobre ellos la carga de ser falsos adultos.

La irreverencia que se reclama al cargarse la autoridad es la mayor y más oculta de las reverencias, de imposible insumisión, la del cliente con todos los productos a su servicio, convencido de sus derechos y jaleado por interesados proveedores.

14 Comentarios:

Anonymous Anónimo escribió...

El último informe de la OCDE sobre gasto educativo sobre PIB nos rebaja a uno de los últimos lugares, sólo por encima de Turquía y Japón. Es un indicador más de la penuria en que se encuentra la educación en España. Estoy de acuerdo con su planteamiento pero hace falta más dinero (y sentido común) para la escuela pública.

10:31 a. m.  
Anonymous Anónimo escribió...

Siguiendo con ese informe anual de la OCDE: “cada ocho segundos un alumno de la zona OCDE sale del sistema escolar sin terminar los estudios secundarios”.
Para España: más del 30% de los alumnos no finaliza con éxito sus estudios de la ESO. Y uno de cada cuatro alumnos ha repetido al menos una vez antes de alcanzar la edad de los 15 años.
Los fríos datos que son el trasfondo impepinable del debate.

10:38 a. m.  
Anonymous Anónimo escribió...

Añado la referencia del informe de la OCDE porque no ha pasado antes:
http://www.oecd.org/document/37/0,2340,en_2649_201185_37387877_1_1_1_1,00.html
Saludos, Vicente.

10:40 a. m.  
Anonymous Anónimo escribió...

Varias asociaciones internacionales y sindicatos del ramo advierten de los efectos que está teniendo la inmigración masiva sobre el fracaso escolar y los niveles de la enseñanza pública. Este es un factor que va a requerir no sólo de más dinero, como dice Pepa, sino de criterios de selección y cursos específicos para el inmigrante previos a su integración en las aulas al mismo nivel que los nacionales.

10:50 a. m.  
Anonymous Anónimo escribió...

¿para que tengo que ponerme en pié si al viejo le están pagando mis viejos con sus impuestos?

12:32 p. m.  
Anonymous Anónimo escribió...

muy bueno señor bart.
con su venia, va a parar a las esencias desquiciadas...

12:36 p. m.  
Blogger Alicia Rosell escribió...

¡Metiendo el dedo en la llaga, así, Sr. Bart! Por eso me gusta su estilo. Me encanta esta reflexión-análisis (¿y cual no?)
Nunca aprenderemos, con doble sentido lo digo, España sigue siendo el país a donde todo llega con retraso, ¿por eso estamos retrasados? Con el ejemplo de los países del Africa y la frase: 'No pesa sobre ellos la carga de ser falsos adultos'nos abres un nuevo y vasto campo de debate. Muy bueno,sí señor. Especialmente el remate final.

Alicia Rosell. Recibe un abrazo, amigo Bartleby.

1:26 p. m.  
Anonymous Anónimo escribió...

mi padre me hablaba de maestros con abrigo y guantes, viviendo en casa rurales sin agua corriente y esperando el 'día del maestro' para podere comer pollo...
para levantarme yo ante los actuales 'indocumentados' primero tendrían que 'levantarles' a elos.

2:06 p. m.  
Anonymous Anónimo escribió...

La Ley de Partidos habría que aplicarla para suplir el hueco dejado por la 'franquista' de 'vagos y maleantes'.
Y sacar a media escolanía del magisterio...

2:10 p. m.  
Blogger Carmen escribió...

Pues si señor, me parecen muy adecuadas sus reflexiones sobre la autoridad en la escuela y mucho mas a la vista de algunos comentarios. Porque, señor Mancebo ¿es que el maestro no merece respeto porque no trabaja gratis? (¡el pobre tiene que comer!) ¿tampoco lo merecen otros funcionarios a los que les pagan con nuestros impuestos? por ejemplo los médicos y sanitarios de la seguridad social, policías, ingenieros de obras públicas, aduaneros, y muchos otros.
Tampoco entiendo muy bien el comentario de Margarita... ¿es preciso pasar hambre y penuria para ser respetado? ¿son los maestros actuales "indocumentados" porque comen pollo más de una vez al año? Y voy a lo mismo: ¿por qué no se les pide eso a otros profesionales como abogados, médicos, arquitectos etc.
Si a eso añadimos una noticia leída hoy en "20 minutos" (diario gratuíto distribuído en Valencia) donde una abogada de Comisiones Obreras advierte entre otras cosas sabrosas, que un profesor no puede retirar un móvil a un alumno porque podría ser sancionado por apropiación indebida, parece claro que la autoridad del maestro está bastante mermada.
Por otra parte no es sólo falta de respeto hacia el maestro lo que vemos hoy en día: tampoco se respeta a los compañeros (a menudo ni a los padres), no hay más que ver el aumento alarmante de casos de acoso escolar en las aulas. Y ante eso el pobre maestro, privado de autoridad no puede hacer nada... ¿o si que debería hacer? Porque claro, al maestro se le exige que sea competente en su asignatura, un buen psicólogo, capaz de divertir y motivar al alumno para que aprenda sin hacer el más mínimo esfuerzo (eso está pasado de moda), padre, hermano, amigo... y que tenga autoridad para resolver situaciones conflictivas. Eso sí, una autoridad innata puesto que las leyes y la sociedad no se la otorgan. Vamos, ¡un auténtico superhéroe! Y luego nos encontrarmos que en vez de ese superman armado de superpoderes, en el aula hay un simple ser humano sin más arma que una tiza. ¡Qué lástima!

8:25 p. m.  
Blogger Bartleby escribió...

Liter-a-tres 3: a política decide el modelo educativo, junto con los sindicatos y la llamada comunidad educativa. Quizás sea más la deriva -la inercia- de una sociedad manierista o en trance de ser absorbida por los fuertes. Si usted nota la diferencia en tan sólo los 5 años que median entre sus hijas, es que esto va muy rápido y ya no hay que esperar a ver los resultados en generaciones posteriores. Nos estamos despertando y el dinosaurio ya está aquí.
Saludos, Bartleby.

2:13 a. m.  
Blogger bonhamled escribió...

Existe un problema de autoridad en las escuelas, no hay duda.
Este problema de autoridad hace que los muchachos y muchachas se asilvestren en exceso, sobre todo para lo malo.
De ahí nacen muchos de los problemas que acucian a la educación y, por ende, a la sociedad: violencia en el aula, aumento del materialismo y consumismo, fracaso escolar.
No seré yo quien aplauda un mayor autoritarismo pero los jóvenes necesitan conocer las "reglas de la vida" que son, por suerte o desgracia, un orden establecido y una forma de hacer las cosas.
La rebeldía es consustancial a la poca edad y las muchas hormonas pero el tiempo cura y luego se agradece quizas aquel castigo a tiempo (o se echa de menos si fue para forjar y domeñar un caracter rebelde como el que escribe)como igual se agradecen aquellos clásicos que nos obligaron a leer y hoy constituyen la base de nuestro más íntimo concepto cultural.

Bien por el artículo.

7:33 a. m.  
Anonymous Anónimo escribió...

Amaranta, el magisterio español está por los suelos...
Hay que pasar la escoba y enviar las sobras a centros de acogida...o abrir una subsección en la 'memoria histórica' y meterlos a todos en la cárcel... de papel (por el momento).

11:13 p. m.  
Anonymous Anónimo escribió...

La crisis de la autoridad en el aula o donde sea responde a una crisis del modelo imperante, no se necesita ser de izquierda para eso, el modelo no se "barre" se trabaja desde lo cotidiano y con los jovenes que en este momento son seducidos por el consumismo y el hedonismo. Se trabaja tambien desde la casa

8:15 p. m.  

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