Los Otros (Ciutadans)
(Jean Paul Sartre)
Los sondeos electorales llaman “Los otros” a la prohibición de sorpresa en la vida política catalana. El oficial Centro de Estudios de Opinión, el popular Racómetro, los institucionales El País y La Vanguardia, El Periódico de combate, consagran la alteridad del intruso. El partido sin nombre ni bautizo público ya tiene asignado destino, el limbo, al estar reservado el útil infierno para el PP como invasor español relegado a reservas culturales de memoria y bibliografía. En la gris vida social, el carnet de conducta es la equivalente supresión de incertidumbre para un proyecto nacional que fía su éxito a ser proyecto. Movimiento continuo, pueblo en marcha necesitado de enemigos que oculten el vacío del empeño, el cual se representa como una comedia costumbrista de posguerra, mugre acomodada en el patio de butacas huyendo de la monótona lluvia, con los personajes interpretando papeles e historia previsibles. El PP como infierno, procedente del exterior y permanente nominado a la expulsión. No citarás el nombre del otro en vano.
Y ahora el molesto aparecido con su dedo acusador: un ‘Los otros’ sin nombre que denuncia la prohibición de suspense que deshaga el encanto del público cautivo. Espectadores que contemplan la función conscientes de su ficción pero retrasando cuanto pueden su salida del teatro, su vuelta a la realidad mortecina de su casa. Se olvidan que la ficción, cuando es previsible es inverosímil y cuando no se la distingue como sueño es cárcel. Cataluña, tan afrancesada, tan diseñada, ha instalado el sartriano “no hay necesidad de fuego, el infierno son los otros” en los cuartelillos de almas.
6 Comentarios:
hola, pues si, ya lo he puesto por ahi:
nuevo partido politico "ciudanos"; alias "los otros"
lo que si que puedo asegurar es una cosa: sin en el programa de tv3 en el que estaban los "5 magnificos" de la politica catalana; hubiese estado "el zorro" ("los otros", Albert Rivera); a los primeros les habrian dado para el pelo y se habrian quedado como "koyack"
yo creo que si hubiese salido se llevan "los otros", me llevo ("un ciudadano"); el 15% de los votos
pues no quedaria mal para el nombre:
"Ciudadanos - Los Otros"
"Ciutadans - Els Altres"
Bart: qué peligro semántico, 'els altres ciutadans'.
Sr. Verle: En eso consiste. Primer paso: ocultar la ambición de los nuevos aspirantes a ciudadanos políticos, precisamente de la que presume ese partido; segundo, negarla. De momento no es deliberado, es simple inercia de los gestores mediáticos de la finca política.
Bart.
Es sintomático que una iniciativa ciudadana tenga que "salir" del ámbito de los político y su trapecio circense de falacias. La democracia tiene severas fallas y cuando el "negocio" de la representatividad se convierte en un cortinaje que oculta a los ciudadanos (son los políticos los que hacen la política y no los ciudadanos ni las necesidades) el riesgo es grave.
Ciutadans es una respuesta de primer estadio (los ciudadanos toman la voz), la segunda es más peligrosa y perniciosa: el descreimiento en la democracia y los partidos antisistema (ya sean ultraderecha o ultraizquierda).
El ascenso de la panoplia de gestos enfrentados, dialéctica de agriedades y enfrentamientos augura estas epifanías terribles.
Bonhamled: sí, es muy significativo el origen ciudadano de Ciutadans y el hecho de que sus filas las nutran muy pocos políticos y ninguno significado.
Esa "espontaneidad" tiene su reverso en la reducida capacidad de influencia política, ya que hay colisión de intereses con el 'establishment'.
La profesionalización de la política lleva consigo el via crucis para el aficionado, salvo que quiera ser meritorio del artesano, en plan gremio medieval. Que espero que no se caiga en esa tentación.
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