Suicídate
(Chris Buck, 'Richard Leacock', American Photography 1999)
Anteayer se celebró el Día contra la Violencia de Género. El lema de la manifestación contra la "violencia machista" (título de la convocatoria oficial) fue "Suicídate antes de matarla". Se lució en la pancarta de cabecera. Dejando aparte la tipificación penal de la inducción al suicidio, que eso parece hoy un melindre de reglamentista, destaca el muy distinto valor de la vida según cual sea su titular y su amenaza. Se argumenta como ultima ratio del proceso de paz el valor absoluto del objetivo "salvar una sola vida" o “que no haya más víctimas”. El carnet por puntos y su función de agente del orden público descansa sobre el valor absoluto de la vida del conductor o pasajero (en menor medida del peatón) y su apropiación por el Estado. La ley anti-tabaco se impone por el valor supremo de la salud pública (que es la expropiación por el poder de la salud privada) El exceso de la reciente sentencia a De Juana Chaos –que prorroga la anterior- por dos artículos publicados se justifica por su condición de asesino múltiple y se agrava por ser terrorista. El valor de la vida del macho que es potencial agresor está supeditado al absoluto de su potencial y femenina víctima. A valor absoluto, medidas absolutas de protección y legitimación inapelable de ellas.
Émile Durkheim, fundador moderno de la sociología, explica el fenómeno del suicidio como el resultado de la falta de integración del individuo en la sociedad (El suicidio, 1897). El suicidio se convierte así en condición de la estabilidad social, definida a su vez por el conjunto de valores dominantes. El lema de la manifestación demuestra que el suicidio inducido –recomendado, en este caso- es una válvula de escape más de la sociedad que del individuo que lo practica. Y que su recomendación como sustituto de la pena de muerte legal se integra en la concepción científica de la sociología.
(Chris Buck, 'East River Pipe', American Photography 1997)
De la castración al suicidio como tratamiento prescrito, se quiere vencer al individuo, se pretende una victoria absoluta sobre él. Si consideramos el suicidio como afirmación máxima de la voluntad de vivir, con Schopenhauer (El mundo como voluntad y representación), la petición de suicidio sería el robo de la voluntad del candidato a suicida por parte del poder: "Al destruir su cuerpo (el individuo) no renuncia a la voluntad de vivir, sino a la vida. Quiere vivir, aceptaría una vida sin sufrimientos y la afirmación de su cuerpo, pero sufre indeciblemente porque las circunstancias no le permiten gozar de la vida." Se le roba no sólo la voluntad sino su capacidad de liberarse de la misma. Esa emancipación de la voluntad como suprema liberación que debe alcanzar el individuo es un acto intransferible, no apropiable por la sociedad. Si la liberación del individuo es su negación última de la necesidad, desatada ésta en forma de deseo y cuya satisfacción es perseguida por la voluntad, ningún grupo social o moral puede expropiar la voluntad y su potencial superación por la inteligencia: " (…) la victoria más grande y trascendente que puede producir la tierra no es la del que vence al mundo, sino la del que se vence a sí mismo." (Schopenhauer, op. cit.)
La igualdad de derechos y penas ante la ley no se puede garantizar si no hay igualdad de valores (bienes) jurídicos en la cultura de la sociedad que los regula. Decía Rosa Solbes sobre la convocatoria de suicidios ajenos (El País, 25 nov. 2006): "Sin embargo, las víctimas no encuentran salida, y muchas sueñan desesperadamente con alejarse del foco que consume sus ya esquilmados recursos 'en un salto al vacío desde la altura, la anticipación de un final que aparece como liberador'" (la última frase entrecomillada es de un libro que presentará el día 29 Mujeres Progresistas). Mientras se negocia por parte del gobierno la falta definitiva de salida para unas víctimas del terrorismo en forma de archivo histórico, se promueve desde la claque de ese mismo gobierno el suicidio como salida moralmente debida para el agresor. Mientras repugna moralmente la pena de muerte en una sociedad democrática y civilizada, se sustituye la vergüenza que supondría su restauración por la invitación al aplíquesela usted mismo. A estados paralelos corresponde valores de hecho paralelos a la ley.
Anteayer se celebró el Día contra la Violencia de Género. El lema de la manifestación contra la "violencia machista" (título de la convocatoria oficial) fue "Suicídate antes de matarla". Se lució en la pancarta de cabecera. Dejando aparte la tipificación penal de la inducción al suicidio, que eso parece hoy un melindre de reglamentista, destaca el muy distinto valor de la vida según cual sea su titular y su amenaza. Se argumenta como ultima ratio del proceso de paz el valor absoluto del objetivo "salvar una sola vida" o “que no haya más víctimas”. El carnet por puntos y su función de agente del orden público descansa sobre el valor absoluto de la vida del conductor o pasajero (en menor medida del peatón) y su apropiación por el Estado. La ley anti-tabaco se impone por el valor supremo de la salud pública (que es la expropiación por el poder de la salud privada) El exceso de la reciente sentencia a De Juana Chaos –que prorroga la anterior- por dos artículos publicados se justifica por su condición de asesino múltiple y se agrava por ser terrorista. El valor de la vida del macho que es potencial agresor está supeditado al absoluto de su potencial y femenina víctima. A valor absoluto, medidas absolutas de protección y legitimación inapelable de ellas.
Émile Durkheim, fundador moderno de la sociología, explica el fenómeno del suicidio como el resultado de la falta de integración del individuo en la sociedad (El suicidio, 1897). El suicidio se convierte así en condición de la estabilidad social, definida a su vez por el conjunto de valores dominantes. El lema de la manifestación demuestra que el suicidio inducido –recomendado, en este caso- es una válvula de escape más de la sociedad que del individuo que lo practica. Y que su recomendación como sustituto de la pena de muerte legal se integra en la concepción científica de la sociología.
(Chris Buck, 'East River Pipe', American Photography 1997)
De la castración al suicidio como tratamiento prescrito, se quiere vencer al individuo, se pretende una victoria absoluta sobre él. Si consideramos el suicidio como afirmación máxima de la voluntad de vivir, con Schopenhauer (El mundo como voluntad y representación), la petición de suicidio sería el robo de la voluntad del candidato a suicida por parte del poder: "Al destruir su cuerpo (el individuo) no renuncia a la voluntad de vivir, sino a la vida. Quiere vivir, aceptaría una vida sin sufrimientos y la afirmación de su cuerpo, pero sufre indeciblemente porque las circunstancias no le permiten gozar de la vida." Se le roba no sólo la voluntad sino su capacidad de liberarse de la misma. Esa emancipación de la voluntad como suprema liberación que debe alcanzar el individuo es un acto intransferible, no apropiable por la sociedad. Si la liberación del individuo es su negación última de la necesidad, desatada ésta en forma de deseo y cuya satisfacción es perseguida por la voluntad, ningún grupo social o moral puede expropiar la voluntad y su potencial superación por la inteligencia: " (…) la victoria más grande y trascendente que puede producir la tierra no es la del que vence al mundo, sino la del que se vence a sí mismo." (Schopenhauer, op. cit.)
La igualdad de derechos y penas ante la ley no se puede garantizar si no hay igualdad de valores (bienes) jurídicos en la cultura de la sociedad que los regula. Decía Rosa Solbes sobre la convocatoria de suicidios ajenos (El País, 25 nov. 2006): "Sin embargo, las víctimas no encuentran salida, y muchas sueñan desesperadamente con alejarse del foco que consume sus ya esquilmados recursos 'en un salto al vacío desde la altura, la anticipación de un final que aparece como liberador'" (la última frase entrecomillada es de un libro que presentará el día 29 Mujeres Progresistas). Mientras se negocia por parte del gobierno la falta definitiva de salida para unas víctimas del terrorismo en forma de archivo histórico, se promueve desde la claque de ese mismo gobierno el suicidio como salida moralmente debida para el agresor. Mientras repugna moralmente la pena de muerte en una sociedad democrática y civilizada, se sustituye la vergüenza que supondría su restauración por la invitación al aplíquesela usted mismo. A estados paralelos corresponde valores de hecho paralelos a la ley.
Etiquetas: Costumbres, Salud
21 Comentarios:
Pero esa manifestación la promovía el gobierno o quién? La manifestación no era la del AVT?
Mr. Witilongi:
La respuesta a su amable pregunta es que se trata de una manifestación convocada por Mercedes Milás varias, de tipo feminista y en favor del suicidio preventivo.
¡Póngase a cubierto!
Saludos, Bartleby.
Si Mercedes Milá está por medio será una manifestación radical y sin sentido. Es como pagar con la misma moneda o peor: no me mates pero mátate tú... Menudo mensaje más estupendo, así con violencia combatir la violencia...
Bart, buenas noches. He tenido un desliz, y sin querer he comentado esta entrada en el post de "Tarde de otoño". Disculpa el despiste. Te voy a dar trabajo de copiar y pegar. Lo siento, no sé cómo me ha ocurrido.
Un saludo,
Alicia.
(Reproduzco aquí el comentario hecho por Purificación Ávila en el texto siguiente, a petición suya. Aprovecho para recomendar al lector la grata visita a su blog; se trata de una Escritora y no abundan)
"Bartleby, un discurso claro y contundente este. Empiezo por ponerme de acuerdo con el "Suicídate antes de matarla", y según voy leyendo me vas convenciendo de que la política siempre disfraza los temas difíciles o se contradice.
Si le soy sincera, es tanta mi indignación -como mujer que soy- por la violencia de género que mi primera reacción es desearlo. Pero ningún tonto tira jamás piedras contra su tejado. Si añadimos que a estas alturas de la película ninguna violencia parece conmovernos(Humanidad retrógada que se olvida que avanzar tecnológicamente no significa quedarse estancados)NO CREO POSIBLE que estos desalmados se suiciden antes de matarlas. Simplemente porque son cobardes, y el suicida auténtico no lo es. Y porque son tan conscientes de lo que hacen que el MENSAJE DE LA PANCARTA JAMÁS LES llegará a torpedear LA MEDIA NEURONA QUE que les queda EN SU CEREBRO DE SERRÍN (Siento el tono pero me indigna mucho el tema)
A servidora el único suicidio que le preocupa es el de los individuos que sufren por depresión, aunque sabemos que si tiramos del hilo acabamos en el mismo círculo vicioso: Depresiones por no poder llegar a fin de mes, por enfermedades incurables, por mil cosas y ninguna de ellas deseada por el individuo en cuestión, que se ve avocado al suicidio como única forma de "LIBERARSE".
Cualquier suicidio, inducido o solicitado -la eutanasia es un suicidio que encuentro justo y se desprecia sin más, luego se desprecia al individuo- es una forma de agredir a la Sociedad empezando por agredir al individuo con la premisa de salvaguardar sus derechos.
En definitiva, estoy hablando de una hipocresía de suicidios y suicidas que concuerda con la dualidad del ser humano que nunca ejerce su libre albedrío. Hay muchos resquicios en este tema, como en las leyes, y como al fin y a la postre las leyes son el principio de los derechos de las personas, podemos despedirnos del libre albedrío o de tener derecho a usar nuestra vida como se nos antoje... SIN MATAR A NINGUNO DE NUESTROS CONGÉNERES, y aquí no distingo entre el marido que mata a la esposa, el terrorista que lo hace por supuesto patriotismo cuando hay dinero de por medio, ni a los Estados que no saben si la pena de muerte "encubierta" en lemas como ese de la cabecera de la manifestación pueden estar causando serios daños morales en la ya confusa mente del pueblo. Y ya no menciono las guerras, porque sino no acabo. Ya xiquet y enrique tratan el tema desde el punto militar. Yo preferí expresar mi dolor por TODAS LAS MUERTES VIOLENTAS.
Un saludo, Bart. Buena semana. Espero haber aportado algo con ésta, que es una más de "mis ya acostumbradas peroratas".
Alicia Rosell.
Muchas gracias, Bart. Usted siempre tan atento. ¡Me emocina siempre!
Por cierto, Bart, pido permiso para digirme a los lectores que entran en el blog de este intelectual librepensante:
"Se admite debate sobre este tema que ha pergeñado Bartleby, interesante post y mucho más que un mero comentario. Lean entre líneas, Bart tiene la facilidad de decir cosas que parece que no dice, ¡pero cómo las dice!"
Un abrazo de martes, buen amigo. Es un placer y un arrobo el que me causa inundarte el blog con mis largas diatribas.Gracias, gracias por tus palabras.
Alicia Rosell.
Reproduzco el artículo publicado en en Levante sobre la mal llamada violencia de género. José Díaz Herrera es un estudioso del tema y lo ha documentado muy bien con 3.000 sumarios analizados.
El dato que proporciona de 160.000 hombres detenidos en España es escalofriante.
Haré un comentario aparte. Ahora le dejo con este artículo que merece la pena.
"El papel de las mujeres en la violencia doméstica
JOSÉ DÍAZ HERRERA
La violencia familiar no es provocada exclusivamente por el hombre, sino que su origen es mutuo y atribuir su causa al sistema patriarcal es un error. Los factores que la desencadenan son múltiples y en las riñas familiares, el principal desencadenante de la violencia, la mayoría de las causantes son las mujeres».
El autor de esta frase es el profesor de la universidad de Nueva York Murray A. Straus (murray. straus@unh.edu) y se hizo pública hace dos semanas. Es la conclusión de un trabajo realizado por 32 universidades de los cinco continentes, la primera que es representativa de la población mundial, en la que han participado decenas de catedráticos en sociología, psiquiatras, y expertos en problemas de familia de todo el mundo.
Traigo a colación el estudio del profesor Straus, el último de una serie de 271 trabajos en la misma línea que he manejado, para rebatir la crítica que doña Amalia Alba y doña Julia Sevilla, de la Federación de Mujeres Progresistas, hacen a mi libro El Varón Castrado en la edición de Levante-EMV del 24 de noviembre pasado.
Y es que si no se acepta que la violencia es un fenómeno universal que afecta por igual a hombres, mujeres, niños y ancianos (aceptando como premisa básica que el hombre es más violento y mata más a su compañera pero que las señoras no son santas y que sus asesinatos no constituyen violencia de reacción), mal empezamos.
Porque si las señoras Alba y Sevilla se hubieran leído previamente mi libro, antes de criticarlo, no se atreverían a decir que «parece que pretende elevar anécdotas -si es que lo son- a categoría general». Porque precisamente de lo que no peca mi obra -casi ochocientas páginas- es de falta de rigor y veracidad. En él se recogen nada menos que 1.234 casos de hombres y mujeres maltratados por las instituciones de 3.000 sumarios a los que he tenido acceso.
La conclusión del libro es clara. Con el pretexto de acabar con la violencia de género, el año pasado se detuvo a 160.000 hombres de los cuales más del 90% salió absuelto, sin cargos, y sin que nadie les devuelva su dignidad perdida, les cure del estigma social causado cuando fueron esposados como presuntos delincuentes ante sus vecinos, amigos, tenderos, taxistas y paseantes.
Lo cual no quiere decir que como persona y como autor esté a favor de las muertes, las violaciones o los malos tratos de las mujeres. Tengo mujer e hijas y aunque sólo fuera por egoísmo de padre, abogo como el que más por leyes más duras, por métodos más eficaces y contundentes.
La ley actual no lo es, mete en el mismo saco a todo el mundo y hace pagar a justos por pecadores. O dicho usando otros términos, a los maltratadores hay que pescarlos uno a uno y encerrarlos echando la red en la sociedad. La pesca con redes, generalmente, sólo sirve para acabar con los pezqueñines.
Es lo que ocurre en este caso. Si se toman la molestia de leer el libro, verán que he hablado con decenas de juezas. Ninguna de ellas ha logrado con la Ley Orgánica de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género capturar a un asesino, según me dice, y sí criminalizar a decenas de miles de hombres vulnerando los derechos humanos que ustedes dicen defender y que no pongo en duda.
¿Que no es así? Hagan la siguiente prueba. Entren cuantas veces quieran en cualquier bar de España en el que haya cuatro o cinco hombres y pregunten si hay alguno afectado por la Ley de Violencia de Género directa o indirectamente. La respuesta que obtendrán no admite dudas. Por eso y sólo por eso, porque la violencia genera más violencia y no se puede atacar un problema que sólo afecta -afortunadamente- a un sector mínimo de los hombres y mujeres mediante una segunda inquisición contra el hombre, mi libro El Varón Castrado es best seller desde el primer día. Y reitero mi postura política: a denunciar maltratadores y asesinos de mujeres me apunto el primero, si hay que endurecer las leyes, lo firmo ahora mismo."
Fotos intensas!
Y un articulo excelente.
Desde ahora me dejare caer por aca mas a menudo.
Saludos.
Me he dejado llevar por una energía menor: ese aviso siniestro de Tráfico. No podemos conducir por ti. ¡Pero lo que nos gustaría!. Esto no va muy alejado. No te podemos matar —pero si te animas...
Ayer noche, el popular comentarista deportivo de PRISA (Cadena SER), director de 'El Larguero', dijo que estaba recibiendo cantidad de emails poniéndolo a parir por machista,por la sencilla razón de criticar a la Presidenta de Atlético de Bilbao.
Comentó, cabreado, si le estaban acusando de 'acosador verbal de género'.
Desde aquí le contesto que SI.
Y que gran parte de la responsabilidad de que 'o se calla o acabe en la cárcel' la tiene su grupo mediático, jaleando a las pancarteras de 'el hombre es malísimo por naturaleza'.
Asín está el patio.
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Contestando a al59 tengo que decir que al fascismo imperante lo que le gustaría es conducir a nuestras mujeres por nosotros.
Para ello lo primero es hacerlas comprender la lógica de nuestro suicidio.
Y, después, desearlo.
Porque el poder es único, conduciendo.
Contestando a al59, tengo que decir que al fascismo imperante lo que le gustaría es conducir a nuestras mujeres por nosotros.
Para ello lo primero es hacerles comprender la lógica de nuestro suicidio.
Y, después, hacer que lo deseen.
Porque el poder es único, conduciendo.
Y están en ello.
Quizás haya pasado desapercibida la ironía que plasma la pancarta. Lo cierto es que se lee a menudo aquello de "tras matarla, intentó suicidarse". Pues eso, que yo también me he preguntado en tantas ocasiones si no deberian cambiar el orden de los términos.
Alicia yo utilizaría otra pancarta:
Tras llamarle maricón, poco hombre e incapaz de conseguir para ella y sus hijos las vacaciones de la vecina del 5º, INTENTO HACERSE UNA LIGADURA DE TROMPAS DE EUSTAQUIO.
Por cierto, la vecina del 5º esta matrimoniada, y bien matrimoniada.
Por tanto no tiene queja, pero sí cuernos, que los porta con tanta dignidad como él.
Es decir: les importa un cuerno.
Alicia, matar a una persona después de suicidarse es complicado.
Incluso intentarlo.
PREGUNTAS EN EL AIRE FETIDO.
¿Alguién ha oido hablar de la enajenación mental transitoria?
¿Cabe esa locura en alguien al que le desposeen de todo por aplicación de una Ley exclusiva para el sexo masculino?
¿Por qué las pancarteras dicen que este tipo de asesinos son cuerdos por naturaleza?
¿Sabe alguién que el envenamiento es el sistema empleado habitualmente por la mujer española que asesina a su marido?
¿Por qué cuando una mujer asesina a su marido siempre hay quien comprende su reacción?
Es triste la petición del suicidio y un error como estrategia contra las muertes inocentes. De hecho ya sucede con regular presencia en la sociedad que los individuos se suicidan, pero antes se han dado un garbeo, por la que fue su casa, dejando sangre por doquier. La pregunta es la de siempre: ¿el que mata lo hace por un sadismo natural o por locura debida a su situación extrema? Cuando alguien decide tales despropósitos es porque no rige, y ya es hora de que se reflexione sobre esa situación y el modo de evitarla. Dejemos los suicidios para las películas.
Bueno, Bart, creo que la llamada al debate dio resultado. Aunque también es cierto que he visto otros 19 comments en el post de cabecera, y esos no los convoqué yo. A "elquicio" y "alicialidell", gracias por su aportación, no es por nada, sino por todo.
Amiga "ana", (di)siento decirte que la frase en cuestión lleva dicho Orden de Palabras pero No la He Escrito Yo. Es bien sabido que "el Orden de los Factores no Altera el Producto". ¿Nos vamos enterando de una vez? Que sí, claro que en democracia cada cual puede decir lo que le venga en gana... pero sin instigar a la violencia ni obligar a nadie a decir nada en contra de su voluntad.
Este es mi derecho a réplica, pues: ¡Vamos, Ana! ¿Que matar a una persona después de suicidarse es complicado? ¿Incluso intentarlo? Siquiera se ha puesto usted a pensar en, ¿cuantos canallas podrían intentar matarla a usted, sí, a usted, mujer al fin, aludiendo que previamente se habían tomado un tubo con quinientas pastillas y que la mataron a usted -que Dios no lo quiera- porque estaban seguros que la iban a palmar? Perdón por la pregunta tan larga, pero No lo digo yo, lo he oído en las Noticias, y no una sino en varias ocasiones.
Muchos han intentado matarla después de "suicidarse" -aluden victimarios ellos- ¡Pero qué curioso, oye, fíjate que no han llegado a matarse lo suficientemente fuerte, porque siguen vivos, y tienen la osadía de escapar, ocultarlo o si fueron "amantes enamorados", entregarse a la policía porque no pueden con el peso del delito. ¡Siguen vivos y ellas están muertas, ana! ¿La maté porque era mía? No, ana, la mató porque es un canalla y un asesino.
Me repito: El Orden de las Palabras (factores) No Altera el Producto. Por cierto, ¿digo yo eso en algún sitio de mi texto? ¿O así lo interpretó usted? Como estamos en democracia, nada, siga usted a lo suyo, que cada cual diga, haga, mate, se calle, se suicide, que nos insultemos como moneda de cambio de este país de envidiosos... Ay, cuántas cosas podría disertar a raíz de esas palabras, y no porque me moleste que alguien las ponga en boca mía sin ser mías, que estamos en pleno derecho de decir y sentir lo que queramos, ¡incluso matar? Producto Resultado de dicho Orden de Palabras, sino porque mi tiempo es para la Literatura y esta es la primera vez que desgasto las yemas de los dedos en aclarar y divagar sobre un planteamiento que si algún día me da por escribir sobre él, no creo que guste a casi nadie. Y sí, es la forma más fácil de ganarse enemigos o hacerse famoso aun a riesgo de acabar con la cabeza insertada en una pica. Sin embargo esta es otra historia...
Gracias, "ana", ha logrado tirarme de la lengua, en este caso, del teclado. (Tomo nota para un futuro artículo sobre este tema).
Sepa que este alegato no va contra su persona, sino contra su errónea interpretación de mis palabras y contra el significado -que desgraciadamente llevan implícitas más connotaciones de las que usted, amablemente, me ha apuntado y brindado a reflexionar-. Y que, por lo visto, usted no se ha parado a analizar con más cautela.
Bart, un saludo afectuoso para ti. Disculpa mi letanía, ya me conoces. Que tengamos buen fin de semana, a ser posible ¿sin muertes? Un abrazo para todos.
Alicia Rosell.
Bart, ocurren cosas a veces como la que me ha sucedido en el comment previo a este: Que ya no sé si atender como Alicia o Puri. He visto que "ana" se refería a las palabras de alicia liddell, de ahí el equívoco -dos alicias juntas causan verdaderos estragos- pero aun así, opino lo mismo.
Creo que he aclarado, tanto para ana como para mi y todos, el enorme significado de una frase que por más vueltas que le demos, no evitará la violencia de género de ninguna de las formas, y mire que suena duro reconocerlo.
Pedimos medidas y protección al Gobierno. Las necesitamos, ciertamente, pero hay cosas difíciles de cambiar. Habría que empezar por "involucionar" al hombre e insertarle microchips en el cerebro para que hagan esto sí pero aquéllo no. Aunque, también es cierto que la mayoría de las veces, es peor el remedio que la enfermedad.
Ana, le pido disculpas por mi error, le repito que sólo defiendo mis ideas y rebato las que creo equivocadas. ¡Como ve, todos nos equivocamos! Pero también defiendo el derecho a equivocarnos y pedirnos disculpas, si somos capaces.
Un saludo en plena madrugada del sábado, Bart.
Puri Avila.
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