La autonomía del arte en vida
(Cindy Sherman, 'Clown', 2004)
Desde Kant quedó sancionada la autonomía del arte, tanto respecto al objeto representado como en relación a la experiencia sensible de la representación. El arte y la estética adquieren integridad al liberarse de ese vínculo de origen e ingresar de pleno derecho en el reino de la filosofía. Esta asunción de un rol autónomo por el arte es convertida por Cindy Sherman en el intercambio continuo de roles de la figura femenina, en un juego ilimitado de funciones sociales –en su caso, por parte de la mujer como objeto artístico- que busca la intensidad de la percepción, creando imágenes densas como resultado de esa permutación continua de papeles. La densidad y la dudosa identidad es lo fotografiado por ella.
La liberación por la filosofía del yugo que sometía al arte es una leva de anclas que conducirá -con la multiplicación exponencial que permite la técnica- a la deriva del referente, primero, y, después, a su sustitución por el espectáculo. Espectáculo representado como participación del espectador (con su disfraz actual de interactuación con el artista) o convocado como admiración clásica bajo nuevas formas estéticas.
La densidad del moderno proceso artístico termina por ser ambigüedad: involuntaria, cuando es gratuita la obra, o voluntaria denuncia de esa esterilidad al poner en tela de juicio el propio sentido del arte y -menos importante- el papel del artista en la sociedad. En este último caso se encuentra, valientemente, Cindy Sherman, al plantearse si los artistas son hoy los bufones de la sociedad, con su serie de imágenes “Untitled / Clowns”, de 2004. Como anteayer -antes del Renacimiento-, cuando la pintura era reproducción plana. El cuestionamiento de la identidad femenina en la sociedad que hace Sherman es metáfora de la propia identidad del arte. La multiplicación intercambiable de roles femeninos se equipara a la reproducción interminable –y mucha veces clónica- del fenómeno artístico.
Las referencias de sentido que el descubrimiento de la perspectiva y el progreso de la arquitectura en el Renacimiento proporcionan al arte, se desvanecen en la época moderna al perseguir compulsivamente un más allá de toda cultura y significado. Un Narciso autónomo. ¿Es entonces la autonomía otorgada por Kant el fatal destino que condena el arte a la errancia?
(Cindy Sherman, 'Untitled 153')Pero la autonomía absoluta del arte, emancipándose de su liberadora filosofía y camino de perdición, fue negada por Nietzsche en El origen de la tragedia, donde el arte aparece como la verdadera actividad metafísica del hombre. Así, Nietzsche funde la relación entre arte y filosofía. Es en la actividad artística donde se manifiesta la ‘apertura al ser’. Proceso y percepción, producción artística e interpretación de la obra, son ambas cuestiones filosóficas. La apariencia no sólo formaría parte de la realidad, sino que es expresión de la verdad.
Siguiendo con la fotografía de Sherman como hilo conductor de la evolución de sentido del arte hasta su actual cosificación, “Foucault concibe un arte que ya no se reduzca a cosificaciones, antes bien, reconocer el arte de la vida, hacer de la vida una obra de arte.” (Juan Pablo Arancibia)
En su reivindicación, más mística que idealista, de la vida, dice Foucault: “Lo que me sorprende es el hecho de que en nuestra sociedad el arte ha llegado a ser algo que sólo se refiere a los objetos, y no a los individuos o a la vida; y también que el arte es una especialidad hecha por expertos que son los artistas. Pero ¿la vida de todo individuo no podría ser una obra de arte? ¿Por qué una lámpara o una casa son objetos de arte y no nuestra propia vida?” (“A propósito de la genealogía de la ética”)
La vida múltiple e intercambiable, retratada por Sherman.
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