Estudio o leyenda
Cuando dedicas lo más granado de tu juventud a estudiar oposiciones a Registro de la Propiedad el destino natural es deslindar el mundo en parcelas. La propiedad es el pegamento de la convivencia y su orden natural la jerarquía de los títulos debidamente obtenidos. Sólo se admiten cambios por transmisiones de derechos legítimamente adquiridos. Las servidumbres de paso se convierten en dominios apenas el nuevo intruso pone el pie de su igualdad en la finca cuyos límites y cultivo tanto costó hacer. Rajoy tiene alma de agrimensor y mente de jurista y le subleva esa inversión de derechos.
(Alexander Rodtchenko, Escalera, 1930)
Siente una lógica indignación ante un mundo cuyo orden y concierto se rige por otras reglas, igual de fijas que sus valores –aunque parezcan aleatorias- pero de gestión incierta y, por tanto, sin garantías en el resultado del nuevo reparto. Tradición, mérito y capacidad han sido sustituidos por igualdad y negociación como pilares del nuevo orden. Se desprecia la jerarquía del saber y hacer: ya no hay escalafón sino concurso de quienes se creen iguales con independencia de lo que hagan. Ya no hay ejército, institución, sino ejercicio, mero uso. Y se enfada con razón pero con una razón antigua, que se desmorona y ya está moribunda. La adopción de niños por homosexuales, las familias mono o pluriparentales no pasan por la procreación para reclamar y conseguir su derecho de filiación. Las leyes sociales se divorcian de las jurídicas y del temario de las primeras no se puede apropiar un único opositor.
Mientras tanto, Zapatero se iba criando en la vida orgánica de un partido formado por aluvión y que pudo prescindir rápidamente de su vieja ideología porque su objetivo no era ilustrar sino revertir la historia, vindicar a los desposeídos a través de la toma del poder. Esa sed de generaciones, mezclada con el servilismo que les había impuesto el abuso, cuajó en una religión de partido. Disciplina y sumisión como tejido interno y misión como destino político. Los tiempos fueron achicándose en grandezas y propósitos e hicieron el resto: el nuevo líder triunfó porque era lo que el pueblo necesitaba, un mesías de cercanías. No hay amoralidad ni menos canallada en su conducta sino mito puesto por fin al alcance de los medieros sin apenas renta antigua que pagar. Gobernará, con o sin necesidad de ceder, repartiendo poder porque es el modernizador del frente popular. Los intrusos en ese frente, las viejas burguesías nacionalistas y regionales, le agradecen su confusión de clase.
Quien no se dedica a estudiar con método en la época en que tal ejercicio hace músculo moral, la juventud, adora enseguida las leyendas suplentes que le enseñaron y amuebla su imaginación con una arcadia de excluidos por la historia a los que por fin ha llegado el turno de ocupar el Registro de la Propiedad. Ya no hay notas marginales ni tomas de razón sino asaltos pacíficos.
(Alexander Rodtchenko, Escalera, 1930)

Mientras tanto, Zapatero se iba criando en la vida orgánica de un partido formado por aluvión y que pudo prescindir rápidamente de su vieja ideología porque su objetivo no era ilustrar sino revertir la historia, vindicar a los desposeídos a través de la toma del poder. Esa sed de generaciones, mezclada con el servilismo que les había impuesto el abuso, cuajó en una religión de partido. Disciplina y sumisión como tejido interno y misión como destino político. Los tiempos fueron achicándose en grandezas y propósitos e hicieron el resto: el nuevo líder triunfó porque era lo que el pueblo necesitaba, un mesías de cercanías. No hay amoralidad ni menos canallada en su conducta sino mito puesto por fin al alcance de los medieros sin apenas renta antigua que pagar. Gobernará, con o sin necesidad de ceder, repartiendo poder porque es el modernizador del frente popular. Los intrusos en ese frente, las viejas burguesías nacionalistas y regionales, le agradecen su confusión de clase.
Quien no se dedica a estudiar con método en la época en que tal ejercicio hace músculo moral, la juventud, adora enseguida las leyendas suplentes que le enseñaron y amuebla su imaginación con una arcadia de excluidos por la historia a los que por fin ha llegado el turno de ocupar el Registro de la Propiedad. Ya no hay notas marginales ni tomas de razón sino asaltos pacíficos.
Etiquetas: Política